Ayer leí esta anécdota, y quiero compartirla con vos. Realmente, me dejó pensando y reflexionando acerca de los diferentes puntos de vista y valoraciones que ponemos a las cosas … y a nuestros servicios!
La historia cuenta que una vez, una mujer vio en un restaurante a Picasso haciendo garabatos en una servilleta, mientras esperaba ser atendido. Ella se acercó hasta la mesa del maestro, y le preguntó cuanto tendría que pagar para obtener esa servilleta. Sin dudar un segundo, Picasso respondió: «u$s 20.000»
La mujer sorprendida, le dijo: «Qué? si sólo le llevó 5 minutos hacer el dibujo!»
Y el genio pintor, mirándola a los ojos le dijo: «Se equivoca señora, esto me llevó toda la vida»
Creo que esta historia refleja las similitudes entre la idea poner precio a una pintura y cómo ponemos precio a nuestros servicios.
Ciertamente, lo veo pasar una y otra vez, en mi vida (y estoy trabajando constantemente en corregirlo). Como sabés, aparte de ser coach, me dedico a desarrollo de sitios web, y también asesoro a profesionales (coaches en su mayoría) sobre las mejores estrategias para brindar sus servicios a través de internet.
En cualquiera de esos roles, mi objetivo es siempre el mismo: servir y ayudar a mi cliente de la mejor manera posible. La cuestión es, que en el afán de ayudar y servir, tendía a menospreciar el valor mis servicios al momento de ponerles un precio.
Es cierto, a mi, tener un sitio web listo, puede llevarme desde unas pocas horas a unos pocos días, y tendía a pensar en el precio del servicio en base a las horas que usaría para concretar el trabajo. Cuando la realidad es, que llegar a este nivel de eficiencia y seguridad en lo que hago me ha llevado 15 años!
Y como coach, invertí y sigo invirtiendo dinero y horas en cursos, seminarios, talleres, libros, en coaching para mi (pues un coach necesita trabajar con otro coach, esto lo creo indispensable), y la experiencia al momento de trabajar con un cliente, va mucho más allá de la cantidad de tiempo que el cliente trabaje conmigo.
Como coach, no se trata sólo del servicio que provees. Traes a cada conversación, tus años de experiencia y preparación, los miles de $ que has invertido en educación y entrenamiento. Al brindar un servicio, brindas todo eso.
Tu servicio no es sólo un intercambio de tiempo por dinero, estás brindando tu talento y tus dones para ayudar a la gente. Y no nos olvidemos de mencionar, acerca de los resultados extraordinarios que tus clientes obtienen al trabajar contigo.
Entonces, cuando estés pasando por el debate interno de poner un precio a tus servicios (porque sé que es un debate interno), recordá, no se trata sólo de cuánto cobran otros en tu zona (dejo el tema de las comparaciones para otro artículo), ni se trata sólo de cuánto tus clientes creen que pueden pagar. Se trata de cuánto vale la experiencia que brindas y de cuánto valen los resultados que pueden obtener.
Ahora tu turno:
El precio de tus servicios…. qué refleja?
Qué sentís al comunicar tus precios?