Existen muchas razones por las que no logramos algunas cosas en nuestros negocios. Pero… hay un común denominador que siempre aparece: NOSOTROS.
Somos el factor que frena el avance, somos el “freno de mano”. Te parece muy dura o exagerada mi declaración?
Si bien creo que para todo existen excepciones, en general, se cumple en mi vida profesional y lo veo repetirse una y otra vez en mis colegas y clientes. Somos el obstáculo más grande en nuestro propio camino.
O estamos estancados en un cierto nivel, tenemos miedo acerca de algo (o de muchas cosas). Tenemos miedo a fracasar, miedo a ser juzgados por nuestros pares, familiares y amigos, miedo a tener éxito y despertar envidia, miedo a que digan que somos un fraude, tenemos creencias limitantes acerca de nuestras habilidades, capacidades, experiencia, nos falta seguridad, nos falta confianza, nos falta coraje… (me olvido de algo?).
Son nuestros pensamientos los que nos ponen en estas situaciones. Son nuestras creencias y diálogos internos, esos que se repiten como “disco rayado” en nuestra mente, los que nos llevan a la parálisis, a “congelarnos” antes de actuar, a seguir “estudiando”, haciendo encuestas, estudios de mercado, etc.
Lo que sea, con tal de dilatar y posponer el momento de tomar decisiones y pasar de las ideas abstractas a las acciones concretas.
La buena noticia, es que podemos cambiar nuestra manera de pensar.
Una vez leí: “tu cabeza es redonda, para que los pensamientos puedan cambiar de dirección”, más allá de lo gracioso de la frase, tiene sustento.
En el audio de una conferencia que escuché, el disertante decía: “Una creencia es un pensamiento que elegimos seguir pensando”.
Te la repito:
UNA CREENCIA ES UN PENSAMIENTO QUE ELEGIMOS SEGUIR PENSANDO
Es sólo un pensamiento, algo intangible que nosotros mismos creamos y que elegimos creer como verdad.
La buena noticia es que PODEMOS CAMBIAR nuestros pensamientos, podemos cambiar nuestras creencias!
Desde el coaching nos enseñan: “nuestros pensamientos crean nuestra realidad”.
Y como somos autores responsables de esos pensamientos, está en nosotros cambiarlos, para cambiar la realidad en la que vivimos. Profundo, verdad? asusta un poco?
Nuestras creencias y temores, sólo son pensamientos.
Son historias que nos contamos una y otra vez. Historias falsas en su gran mayoría, sumamente improbables casi todas. Creamos pensamientos que nos llevan al autosabotaje. Diría que un 95% de lo que nos decimos son mentiras.
Necesitamos parar estos pensamientos. Sé perfectamente, que se dice fácil, pero no se logra tan fácilmente.
A veces llevamos años… o décadas de negatividad, creyendo esas mentiras.
Cómo superar ese freno?
Primero, detectando cuáles son tus creencias limitantes, cuáles son esas historias que te contás una y otra vez.
Anotalas, y para cada una, busca pruebas que demuestren que son mentira.
Por ejemplo:
Creencia limitante: “No tengo suficiente experiencia como para trabajar con clientes reales y que me paguen por el servicio que les brindo”
Lo refuto: “Ayudé a XXXX a superar YYYYY, ayudé a AAAA a lograr ZZZZZ, etc. Entonces, SÉ que a través del servicio que brindé, esas personas han logrado superar, concretar, aprender lo que necesitaban”
Y desde ese momento, creá nuevos pensamientos, nuevas creencias que sustenten y ayuden a crear tu nueva realidad.
Mantente vigilante a lo que pensás, a los “peros” que surjan cuando repetís esas nuevas creencias, anotalos, analizalos y refutalos.
Una y otra vez…. no se logra cambiar creencias que están “programadas” desde hace años con sólo un poco de trabajo realizado intencionalmente.
Tal como no lográs unos abdominales marcados con ir un sólo día al gimnasio, lo mismo ocurre con estos ejercicios. Es una manera de entrenar tu mente.
Entonces, mi propuesta es que pongas tu esfuerzo y energía en pensar y creer el tipo de pensamientos que te ayuden a lograr tus objetivos. Esos que te ayudan a ponerte en movimiento y emprender acciones concretas en tu negocio y en tu vida.
Y qué pasa si otra vez te encontrás en una encrucijada, sin saber qué hacer, dudando de tus capacidades y habilidades? Deja de pensar en eso, realiza nuevamente el ejercicio y ponete en movimiento!
Ahora tu turno:
Cuáles son tus creencias limitantes a la hora de avanzar en tus proyectos?
En qué momento aparecen esos diálogos internos negativos?
Cómo los podés refutar?
Gracias por leerme!