De vez en cuando la vida no nos brinda lo que esperamos, sino que nos da lo contrario. Cuando esto sucede, no sabemos qué camino tomar o qué hacer.
El pánico nos desborda.
Esto es seguido por la actividad frenética o inmovilidad total.
Pero hay algunas personas que parecen navegar por esta avalancha de eventos de una manera tranquila y pacífica.
¿Cuál es su secreto?

Todo problema tiene solución

Cuando se parte de este entendimiento, afrontamos de otra manera la situación. Saber que hay una solución significa que ahora vos cambiaste el enfoque de un problema a un resultado creativo. Ya no estás en el modo de víctima, ahora está en el modo creador.

Evita los círculos mentales

Si partimos de esta premisa y la incorporamos a nuestra manera de lidiar con lo que estamos enfrentando, al saber que existe una solución, nos daremos cuenta que logramos cambiar el enfoque, que donde antes veíamos un problema pasamos a ver la posibilidad de un resultado creativo. Ya no estamos en el modo víctima, ahora estamos en el modo creador, en el rol de responsables. Los problemas se quedan fuera de nuestros círculos mentales.

Llamo círculos mentales a esos pensamientos repetidos que se mantienen dando vueltas y vueltas en tu cabeza. Pensamientos como: ¿Qué voy a hacer? ¿A dónde voy a ir? ¿Por qué me pasa esto a mí? Estos pensamientos sólo añaden más confusión a la situación y te mantienen atrapado en una mentalidad de víctima.
Lo mejor es preguntarte, «¿Qué es lo peor que podría pasar?» Esta es una gran pregunta, porque muchas veces las cosas no son tan malas como parecen. Otro excelente tip es dejar de repetirte preguntas hipotéticas en tu mente y no exagerar la situación.
A nuestra mente le encanta tener una situación y volar fuera de toda proporción. En un instante, podemos ir desde un simple choque de autos a: «Dios mío! podría haber muerto o matado a alguien!!!». Mira la situación por lo que es, no le agregues tus suposiciones. Limítate a los hechos.

Respira

Algo tan simple y tan eficaz como tomarte un momento y respirar te puede calmar inmediatamente! Es una cosa tan natural que nos olvidamos de hacerlo concientemente. Cuando surge una situación que te altere la presión arterial y los niveles de ansiedad, deja de hacer lo que estás haciendo. Toma varias respiraciones profundas, permítete sentir el aire que entra y sale de tu cuerpo.
Esto desvía la atención de lo que está sucediendo a tu alrededor, y te lleva a centarte de manera natural, lo cual te va a llevar a pensar y actuar con claridad.

Divide el problema en partes

Cuando nos enfrentamos con problemas a menudo nos dejamos confundir por éstos porque sólo vemos la enormidad de la situación. Tan pronto como puedas, después de la sorpresa inicial, divide el problema en partes manejables. Luego identifica UNA cosa o tarea que puedas hacer ahora mismo para encontrar una solución. Esto te ayudará a ver que hay una solución y que la solución no es tan difícil como pensabas que sería.

Sé agradecido

Esto puede ser muy difícil en algunas situaciones y puedes no sentir gratitud por un largo tiempo después de un incidente, pero es muy útil. Si se puede ver a una situación y encontrar una cosa, por pequeña que sea, para estar agradecido, esto cambia de punto de vista de víctima.
El agradecimiento te va permitir retornar a tu lugar de poder y a tomar el control sobre la situación. La situación no te está guiando, sino que vos estás conduciendo la situación.

Acepta lo es

En última instancia, todo se reduce a aceptar la situación tal y como es.

  • Acepta lo que pasó.
  • Acepta las dificultades que esto causó.
  • Acepta que es posible que tengas que hacer algo.
  • Acepta que podría tomar tiempo para arreglarlo.
  • Acepta que es posible que no quedes del todo contento con la situación.

Al aceptar la experiencia como lo que es, una experiencia, estarás dando un paso más allá del drama de esa historia y te quedarás centrado en los hechos. Cuando ya no estás reaccionando al drama, el problema tiende a ser más simple.

En la mayoría de las situaciones, nuestro instinto natural es reaccionar. Podemos reaccionar de tal manera que empeoremos la situación al añadir cuestiones ajenas al problema o podemos reaccionar de una manera más tranquila y buscar soluciones.

La elección es tuya. Cómo elegís enfrentar estas situaciones?

¿Cuál es tu mejor consejo para mantener la calma en el ojo de la tormenta?

Déjame tus reflexiones en los comentarios!

Lorena