A ver si te resulta familiar: tienes una GRAN idea. De hecho, hace bastante tiempo que ronda tu cabeza. Pero… por alguna misteriosa razón, no hiciste nada para concretarla. O al menos, no hiciste tanto como te gustaría haber hecho. Esa idea se «pasea» en tu mente (muchísimo), y a menudo piensas que «deberías» ponerte a trabajar en eso…. pero, cuando te das cuenta, estás super ocupado haciendo otras cosas.

Te ha pasado? pues BIENVENIDO A MI MUNDO!

En los últimos meses he querido hacer un montón de cosas en mi sitio, pero básicamente no hice nada relevante. Porqué?

Podría dar un montón de excusas disfrazadas de razones. Y digo excusas porque luego de unas profundas reflexiones y un par de sesiones de coaching, llegué a la conclusión que mis razones en realidad son eso: excusas (ouch! eso sí que me costó admitir)

Resulta ser, que mis metas no se concretarán solas…

Al principio, me martiricé un poco preguntándome «porqué no hice tal o cual cosa?» y al final la pregunta más reveladora que me hice fue «qué puedo aprender de todo lo que pasó?»

El tiempo que pasó, que utilicé en otras tareas en lugar de seguir mi agenda, mis planes… ya pasó. De nada sirve desperdiciar más tiempo lamentándome. En cambio, reflexionar sobre las excusas, cómo «pescarme» en medio de esa situación y qué puedo hacer para ajustar mis planes, eso sí tiene sentido, es algo productivo y positivo.
Sé que todos somos diferentes, pero creo que a muchos les puede pasar algo de esto, y espero que las reflexiones los puedan ayudar:

Temor al rechazo

Lo pongo primero porque pienso que es una razón REAL por la cual terminé estancándome muchas veces. Por dar un ejemplo, tuve pagado el dominio y contradado el hosting para mi sitio meses antes de empezar a trabajar en el desarrollo,  tuve listo el blog y escritos varios artículos MESES antes de animarme a publicarlo. Pero nunca estaba «listo«, nunca estaba «perfecto«, cambié varias veces de idea en cuanto a colores, diseño, temática, etc. Siempre encontraba «algo más» que «tenía que ser mejorado» antes de publicar el sitio.

Básicamente, estaba evadiendo inconscientemente el momento de publicarlo, de mostrarlo y de dejarlo expuesto a críticas y opiniones.

Esto mismo veo pasar una y otra vez a mis clientes! y para ellos, creo que es aún más fuerte, pues en general, internet es un mundo completamente nuevo, no sólo deben decidirse y animarse a publicar, sino que tienen que aprender muchísimas cosas nuevas. (Menos mal, que ahí estoy yo para acompañar en el proceso)

Al final, luego de muchas vueltas, respiré profundamente y publiqué el sitio.

Estuvo perfecto? No, aún hay mucho trabajo que hacer.

Recibí críticas? , pero no tantas ni tan duras como yo pensé que serían (y sinceramente, vinieron de gente que no es mi público ideal, es perfectamente normal que no les termine de gustar lo que publico).

Pero también, recibí un montón de comentarios favorables, verdaderas muestras de cariño, agradecimiento y hasta admiración (esto es lo que más me sorprende).

Lo que saqué de positivo de esta experiencia, es que si no hago lo que quiero, lo que siento, por temor al rechazo, el remordimiento posterior será siempre peor que la crítica. Si lo hago, puede que me exponga, puede que me muestre vulnerable, puede que «no guste«, puede que falle…. sí, es cierto, pero prefiero hacerlo y tener la certeza y el gusto de que me animé, aprender de los resultados que obtenga y seguir adelante. La alternativa es no hacer nada, que no cambie nada y que me quede con esa incertidumbre y los pensamientos de «que hubiera pasado si…»

Moraleja: no puedo controlar cómo va a responder la gente a lo que yo emprenda. No es mi trabajo, no me concierne. Si, está en mí controlar cómo reacciono, decidir el curso a seguir, aprender. Así que, la decisión es mía.

No es el momento correcto

Cuantas veces me dije esto? «ahora no, justo llegan las vacaciones«, o «se complica emprender esto justo al inicio de clases«, o «antes tengo que hacer X, Y, Z«, o «primero mejor primero hago este curso«.

Y así van pasando días, semanas…. meses!

Cuantas más de estas excusas use, más minada se verá mi confianza y mi motivación.

Es cuestión de empezar, un movimiento, una acción, por mínima que sea, ayuda a ganar velocidad, a generar ese «momentum» necesario para entrar en ritmo.

Una vez un coach me dijo: no esperes el momento perfecto, toma tu momento actual, hazlo perfecto. Después me dijo: es más fácil hacer cambiar de rumbo a un auto andando. Alguna vez intentaste girar o mover un auto con el motor apagado?

En mi caso, me sirvió anotar todas esas cosas (excusas) que justificaban mi declaración de que no era el momento indicado, verlas en papel y analizar cuán ciertas eran me ayudaron a decidir.

Moraleja: La acción ayuda a la motivación, y antes que te des cuenta estarás en «ritmo» y carrera. La inacción te lleva a la duda, a sentirte abrumado. Empezás a complicar las cosas, a inventar historias y a ver que lo que queda por hacer es mucho más difícil de lo que en realidad es.

En verdad, muchas veces lo que estás posponiendo no son cosas tan grandes o complicadas, si las organizas de una manera creativa y las miras de forma objetiva, dividiendo esas mega-tareas en pequeños items.

Por ejemplo, si mi GRAN tarea es DESARROLLAR MI SITIO WEB. Puedo dividirla en:
1- decidir el dominio
2- contratar dominio y hosting
3- buscar un theme o diseño
4- elegir colores
5- instalar wordpress
etc

Incluso, puedo dividir cada una de esas tareas en otras aún más pequeñas, asignarles un tiempo (30 minutos o 1 hora, es fácil comprometerse a hacer algo que va a llevar poco tiempo) y ponerlas en mi calendario.

De esa forma, tengo una ayuda visual de lo que quiero hacer, tengo tiempos asignados, y también, una manera de asegurarme de que se concrete mi objetivo principal.

La resistencia que sentimos al momento de encarar un nuevo emprendimiento es real, todo lo nuevo implica que al principio nos tengamos que ajustar, aprender.

Suele resultar incómodo. Pensá, cómo te sentiste el primer día en un nuevo trabajo? y en una nueva clase? el pensar en esa incomodidad inicial, causa resistencia.

El temor a exponernos, el temor a ser rechazados, a fracasar… hasta el temor al éxito son causas de resistencia (el pensamiento de «si tengo TANTO éxito en esto me van a envidiar, o se van a querer aprovechar, etc, también es real para muchos).

Lo importante es darse cuenta de qué excusas te ponés, qué cosas estás creyendo y qué estás perdiendo por creerlas.

El tiempo que usas en otras cosas en lugar de ocuparte de tus objetivos, es tiempo que no vuelve. Y si no asumís que es tu responsabilidad trabajar en pos de tus sueños, pues… nadie lo hará por vos.

Hay un libro GENIAL sobre cómo identificar y vencer a la resistencia, se llama «La Guerra del Arte», de Steven Pressfield, se los recomiendo de corazón.

Para aquellos que desempeñan trabajos creativos o para los que están buscando emprender algo nuevo, es un libro imperdible.

El libro fue escrito pensando en futuros escritores, usa muchas metáforas de esa profesión, creo en parte, porque quien lo escribe es, a su vez, escritor. Y cuenta fragmentos de su propia experiencia. En verdad, pienso que las enseñanzas del libro van más allá y son aplicables a otras muchas áreas de nuestra vida además del trabajo creativo.

Te dejo algunos fragmentos:

“Hay un secreto que los verdaderos escritores conocen y los aspirantes no, y es el siguiente: lo difícil no es escribir; lo difícil es sentarse a escribir.
«Lo que hace que sentarse a escribir sea tan complicado es la Resistencia.”

“Te equivocas si piensas que eres el único a quien la Resistencia pone en apuros. Todo aquel que tiene un cuerpo experimenta Resistencia.”

“Nunca olvides: en este momento, podemos cambiar nuestra vida. Nunca hubo un momento, ni nunca lo habrá, cuando estemos sin el poder de alterar nuestro destino. En este segundo, podemos devolverle el golpe a la Resistencia. En este segundo, podemos sentarnos y hacer nuestro trabajo”

“La mayoría de nosotros tenemos dos vidas. La vida que vivimos, y la vida no vivida dentro de nosotros. Entre las dos se encuentra la Resistencia. ¿Alguna vez has comprado una caminadora sólo para dejarla llenarse de polvo en la cochera? ¿Alguna vez has dejado una dieta, un curso de yoga, una práctica de meditación? ¿Alguna vez has renunciado a una llamada para dedicarte a una vida espiritual, dedicarte a ayudar a otros, dedicar tu vida al servicio de los demás? ¿Alguna vez quisiste convertirte en madre, doctor, abogado de los pobres; hacer una campaña para salvar un bosque, tratar de mejorar el mundo o el medio ambiente? ¿Has tenido, tarde en la noche, visiones de la persona que quisieras ser, el trabajo que podrías hacer, la persona que estás destinado a convertirte? ¿Eres un escritor que no escribe, un pintor que no pinta, un emprendedor que no empieza nada? Entonces sabes lo que es la Resistencia.»

«La Resistencia es la fuerza más tóxica del planeta. Es raíz de más tristeza que la pobreza, enfermedad y disfunción eréctil. Rendirse ante la Resistencia deforma nuestro espíritu. Nos paraliza y nos hace menos de lo que somos y estamos destinados a ser.”

“¿Te paraliza el miedo? Eso es un buen signo. El miedo es bueno. Como dudar de si mismo, el miedo es un indicador. El miedo nos dice lo que tenemos que hacer. Recuerda la regla de oro: cuanto más nos asusta un trabajo o una vocación, más seguros podemos estar de que es lo que tenemos que hacer.

La Resistencia se experimenta como miedo, el tamaño del miedo es igual a la fuerza de la Resistencia. Por lo tanto, cuanto más miedo sintamos acerca de una empresa, más certeza podemos tener de que esa empresa es importante para nosotros y el crecimiento de nuestra alma”.

Cada sol causa una sombra, y la sombra del Genio es la Resistencia. Tan poderoso como es el llamado de nuestra alma, así de poderosas son las fuerzas de la Resistencia enfocadas en su contra. La Resistencia es más rápida que una bala, más poderosa que un tren, más difícil de resistir que la cocaína. No estamos solos si alguna vez hemos sido derrotados por la resistencia; millones de buenos hombres y mujeres han mordido el polvo antes que nosotros. Y he aquí lo peor de todo: ni siquiera sabemos qué nos pegó. Yo nunca lo supe. De los veinticinco a los treinta y dos años, la Resistencia me acomodó una paliza tras otra, y yo nunca supe que existía. Busqué al enemigo por todos lados y nunca descubrí que estaba enfrente de mí.”

“Ve dentro de tu propio corazón. A menos que esté loco, en este momento todavía existe dentro de ti una pequeña voz susurrando, diciéndote como lo ha hecho diez mil veces, cuál es tu llamado. Tú lo sabes. Nadie tiene que decírtelo. Y a menos que esté loco, no estás más cerca de cumplirlo de lo que estabas ayer o estarás el día de mañana. ¿Piensas que la Resistencia no existe? La Resistencia te enterrará.»

“El peligro es mayor cuando la línea de meta está a la vista. En ese momento la Resistencia sabe que estamos a punto de derrotarla. Aprieta el botón de emergencia e intenta un último ataque con toda la fuerza que le queda.”

“La procrastinación es la forma más común en la que se manifiesta la Resistencia porque es la más fácil de racionalizar. No nos decimos a nosotros mismos ‘Nunca voy a escribir mi sinfonía.” En vez de eso, decimos ‘Voy a escribir mi sinfonía, pero voy a empezarla mañana.’”

El autor dice, que para vencer a la resistencia, hay que convertirse en PROFESIONAL. Te conviertes en profesional, dice Pressfield, cuando empiezas a vivir de tu arte, lo haces cuando te sientas a trabajar en tu vocación sin importar nada más. No permites que nada te distraiga de hacer tu trabajo, ni la enfermedad, ni el clima, ni el miedo, etc puede apartarte de cumplir con tu deber.

«¿Por qué he expresado tan insistentemente el profesionalismo en los capítulos anteriores? Porque lo más importante acerca del arte es el trabajo. Nada importa más que sentarse día a día e intentar.
¿Por qué es tan importante? Porque cuando nos sentamos a trabajar día a día y seguimos moliendo, algo misterioso empieza a suceder. Un proceso se pone en movimiento por el cual, inevitable e infaliblemente, el cielo viene en nuestra ayuda. Fuerzas invisibles se ponen de nuestro lado; casualidades refuerzan nuestro propósito.»

«Este es el otro secreto que los artistas verdaderos saben y los aspirantes a escritores no. Cuando nos sentamos día a día a hacer nuestro trabajo, el poder se concentra a nuestro alrededor. La Musa toma nota de nuestra dedicación. Ella aprueba. Hemos ganado favores bajo su mirada. Cuando nos sentamos y trabajamos, nos volvemos como un imán que atrae partículas de metal. Las ideas vienen. Nuestra percepción aumenta.

Así como la Resistencia tiene su asiento en el infierno, la Creación tiene su hogar en el cielo. Y ella no es sólo testigo, sino un ávido y activo participante.»

“El aficionado cree que primero debe vencer sus miedos y que cuando lo consiga ENTONCES podrá hacer su trabajo. El profesional sabe que el miedo no se puede vencer. Sabe que no existen guerreros sin miedo ni artistas que no estén atemorizados.”

El profesional elige proyectos que le exigirán lo mejor de sí mismo. Elige la tarea que le llevará a aguas desconocidas, que le obligará a explorar partes de sí mismo que no conocía. ¿Está asustado? Claro que sí. Está muerto de miedo.”

“El aficionado juega por diversión. El profesional juega para ganar.
Para el aficionado, el juego es su pasatiempo. Para el profesional es su vocación.
El aficionado juega a tiempo parcial, el profesional a tiempo completo.
El aficionado es un guerrero sólo los fines de semana. El profesional da la cara siete días a la semana.”

Si te gustaron estos fragmentos sueltos, pues te aconsejo que consigas el libro.

Ya te conté sobre mi resistencia y cómo le hago frente, ahora tengo curiosidad por saber de vos.
Podés identificar qué causa resistencia en tu vida? cómo se manifiesta (miedo, falta de motivación, dejar para después, etc)?
En qué aspectos de tu vida querés «mejorar el juego» y convertirte en profesional? qué es ser profesional para vos? qué acciones concretas podés emprender HOY para ser más profesional?

lore

 

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