Te pasó alguna vez, de tener una gran idea, ya sea para un curso, taller, artículo o video, pero a la hora de desarrollar esa idea, de materializarla, dejaste a medias el proyecto o directamente ni lo empezaste porque te preocupó que alguien critique el modo, el enfoque o el contenido?
A mi sí, muchas, muchísimas veces me ha pasado esto. Es muy muy fácil caer en las comparaciones, pensar que aún no estamos listos, que no somos lo suficientemente buenos, experimentados, carismáticos, inteligentes, etc. como para «pararnos» y asumir el rol de líder o experto en algo para transmitirlo, enseñarlo, o simplemente emitir nuestra opinión sobre la temática en cuestión.
Alguna vez te pasó? de querer hacer un webinar o publicar un artículo, dar un curso y temer que alguien en el público te hiciera una pregunta o cuestionamiento y no supieras cómo responder?
Este fue uno de los temores que me paralizaban hace años, cuando me ofrecieron un puesto como ayudante en una de las cátedras de mi universidad.
«Qué hago si me preguntan algo y no sé como resolverlo?» era una preocupación constante.
Y lo mismo me pasó cuando me eligieron para disertar en un congreso internacional de informática, exponiendo acerca de un trabajo que desarrollamos con un grupo de colegas de la facultad… leíste bien? CONGRESO INTERNACIONAL. Yo era la más joven e inexperta del grupo… mi directora de tesis, eligió que diera mis primeros pasos disertando ASI (y me fue tan bien que después de esa vez, me mandaron «al frente» varias veces más, tanto que lo terminé disfrutando MUCHO).
Así que sé perfectamente bien lo que se siente estar parada frente a una audiencia y REZAR para que nadie pregunte nada, para que nadie critique nada.
Es que en general, uno asume que para ser un experto, tenemos que saber todo sobre nuestro tema de estudio.
Y si no lo sabemos? entonces creemos que nos van a señalar como IMPOSTORES, «chantas» como decimos en Argentina. Creemos que nuestros clientes, nuestros colegas y nuestra audiencia nos van a ver como lo que creemos que somos: un fraude pretendiendo ser expertos.
Por favor, dejá ya de creer esto.
La realidad, es que nadie puede saberlo todo, y si alguien dice que lo sabe todo sobre un tema en particular, por favor, salí corriendo.
El mundo avanza cada vez más rápido. Las tendencias cambian, las comunicaciones evolucionan, todo se mueve, nada permanece inmutable, por lo tanto, es imposible saber TODO. Hoy tenemos que estar dispuestos a crecer, cambiar, aprender constantemente, y eso sólo es posible si tenemos una actitud de aprendiz, no de «sabio que lo sabe todo».
Si sos un profesional, ya sea coach o consultor lo importante es que conozcas de lo tuyo, que te mantengas actualizado, que te ocupes de mantenerte formado e informado, que estés unos pasos por delante de tu cliente, sea lo cual sea el servicio que brindes.
Por supuesto, esto se da por entendido, y este es un simple recordatorio de que vos sabés muchísimo más de lo que crees que sabés. Sabés que pasa? es como dice el refrán: «el árbol te impide ver el bosque«.
Estás tan «metido» en lo tuyo, que sos muy consciente de lo que te falta, y tendés a olvidar o menospreciar lo que sabés, lo que tenés para ofrecer y cómo eso puesto al servicio de tus clientes puede ser realmente impactante.
Puede llegar el momento en el cual alguien te pregunte algo y no sepas cómo responder? Por supuesto! Me pasa seguido en mi grupo de facebook, me pasa con mis clientes. Simplemente, respondo: «sinceramente, no sé la respuesta, te propongo que busquemos juntos»
Así de simple, así de honesto. Mis clientes y los miembros de mi grupo aprecian mi honestidad y transparencia.
Y si sos coach, mentor o consultor, no es tu «trabajo» tener todas las respuestas, sino que estás para ayudar a tu cliente a mejorar sus preguntas, para que encuentre por sí mismo sus propias respuestas y su propio camino.
Por favor, sé más amable con vos mismo, date un respiro.
Sabés mucho y está OK no tener todas las respuestas. Lo importante es dejar de mirar lo que (creés que) falta, para centrarte en poner todo tu conocimiento, experiencia y talento al servicio de tus clientes. Pues al fin y al cabo de eso se trata: de utilizar lo que tenemos para ayudar a otros.
Gracias por leerme!
Lorena