Desde hace unos años, empecé casi sin querer, a reflexionar de una manera un poco más metódica al llegar a esta época del año. Al principio me quedaba simplemente pensando a la noche, analizando qué fue bien, que no salió como esperaba, qué aprendí y qué cosas nuevas quería hacer, aprender y lograr el año siguiente.
Luego hice el ejercicio de escribir mis reflexiones. Y lo interesante fue lo que pasó durante el nuevo año: al tener mis reflexiones y mis metas escritas, varias veces en el año releí eso y me sirvió para dos cosas: motivarme a seguir, pues volvía a sentir ese entusiasmo que tuve al escribirlas, y corregir el rumbo, pues al tener a la vista las metas, pude ir contrastando entre lo que deseaba lograr y lo que estaba haciendo.
En el 2013 compré mi primer “planner” anual, un cuadernillo con preguntas y ejercicios para dar más estructura y consistencia a lo que venía haciendo de forma intuitiva. Me sirvió muchísimo, aunque, al estar diseñado por otra persona, había varias cosas que no me terminaban de cerrar. Al año siguiente, basándome en ese planner, mis conocimientos de coaching y mi propia intuición empecé a armar mi propia “hoja de ruta”.
Todo comenzó con unas pocas preguntas y fue evolucionando en lo que para mí es un poderoso trabajo de reflexión, autoconocimiento, aceptación y crecimiento.
Hoy comparto con ustedes parte de este trabajo, son simplemente preguntas para reflexionar sobre el año que termina y la primer parte de reflexión de qué querés lograr para el año entrante.
Las preguntas están enfocadas a la apreciación y a lo positivo. Porqué? Simplemente, porque nuestros cerebros están construidos para encontrar más fácilmente lo negativo, los defectos. Generalmente, recordamos más fácilmente lo negativo y tendemos a olvidar o minimizar lo bueno.
En realidad es natural para nuestro cerebro centrarse por defecto en lo que salió mal, lo que faltó, los errores, las falencias. Esto tiene que ver con las fuerzas evolutivas (para protegernos de alguna amenaza, necesitamos mejorar, entonces estamos “programados” para encontrar nuestros errores y falencias). Las víctimas en esto, son los momentos positivos, porque, aún cuando los disfrutamos cuando ocurrieron, son más fácilmente olvidados.
De ahí la importancia de reflexionar de forma intencional acerca de lo bueno que pasó en el año, para tener una perspectiva con mayor balance y equilibrio. También es útil mencionar que buscar el enfoque postivo amplía nuestras mentes y nuestra capacidad de ver más y pensar mejor, aumenta nuestra capacidad para construir más recursos personales, aumentar nuestra eficacia y la percepción de éxito en nuestras vidas. ¿Quién no querría más de todo eso?
Este cuadernillo lo podés usar de dos maneras, podés imprimirlo y completarlo a mano, o podés completarlo desde la computadora y guardarlo. Para poder completarlo y que se guarde correctamente, debes asegurarte que tienes instalada la última versión de Adobe Reader (se baja gratuitamente).
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Espero que disfrutes del cuaderno y los ejercicios!
Y espero que este nuevo año venga colmado de bendiciones para vos y tus seres queridos!
Gracias por leerme.
Buenísimo lo ofrecido. Gracias